Diario personal de jam

 

 

11 de enero, jueves

 

Día de editores: Primero he quedado con Poppy, espectacular minifalda...! Le ha gustado El número furruflú, y hemos quedado en currárnoslo. Faltan las guías de Quasi y de Me como esa coma, y sus webs: hay curro aún.

 

He visto de apasad a María Antonia de Miquel, y a Anik.

 

Luego me he ido a sacar fotos de unas medianeras estupendas en República Argentina, y a comer con Patricia Schjaer, que estaba simpática. Luego, corriendo a ver a José Pons, que le ha gustado el Manual de urbanidad en la Internet.

 

Vuelta a casa. He preparado zumbando la cena de los niños, y me he ido al Café de la Ópera, donde había quedado con ***. Café en el Café, cervezas en el Resoli, y más en el Muy Buenas. nos hemos despedido a las 2. Hemos discutido del infinito, y me ha dado muy buenas energías con el tema de mi mudanza.

 

 

12 de enero, viernes

 

Me he levantado; poner el desayuno a los niños (Susi no está), y me he puesto a currar, como siempre. A las 12 me he bajado a comprar, para la comida de Cumpleaños de Lucas: escalopines de pollo y una tarta.

 

A la una me he puesto a cocinar, y he cometido el error de hacer dos cosas al tiempo; un caldo para la noche y los escalopines y la ensalada para la comida: ¡qué jaleo!

 

Mientras tanto iba poniendo la mesa en la terraza, toda soleada y bonita.

 

Pero justo a tiempo he terminado; han llegado los chicos, Abel, el de siempre, el Niño Que Fuma, simpatiquísimo y guapo, un poco tartamudo, y otro también muy simpático, pero con cara como de pillastre. En el último momento he decidido que los quince escalopines se los comerían ellos solitos, y he dicho que ya había comido. Y en efecto; han comido estupendamente, y han disfrutado como locos.

 

Al sacar la tarta, Lucas ha dicho: ¡pero esto no es la fiesta! Bueno, nooo... he concedido.

 

Después de irse, he tardado bastante en recoger, y aunque con sueño me he ido a ver el piso de Balmes donde me esperaba Alicia. Como no estaba la portera, hemos tenido que hablar un poco bastante, y en un momento pensé que se acababan los temas... Las 6:30 y no venía y me he ido, pero al poco de llegar a casa, Alis, que ya estaba ahí: he vuelto. Un piso muy bonito. Da angustia mudarse...

 

Perdida ya la tarde, me he ido andando a buscar a los niños. Una tiradita, pero cuesta abajo. Hemos cenado luego en el Roure un bocata, y el dueño les ha dado unos chicles...