"Retrospectiva Toshio Matsumoto" [1968-87] · Japón · 1:23'

Matsumoto nació en Nagoya en 1932 y comenzó sus estudios en Medicina, interesado en la forma de operar del cerebro y especialmente en la esquizofrenia [ya veréis por qué]. Pero sin informarle a sus padres decidió pasarse a la carrera de Artes y estudiar Pintura por su cuenta. Impresionado por el cine de vanguardias de los años 20’ y el neorrealismo italiano de los 50’, Matsumoto decidió volcarse al cine experimental para “completar la unión entre realidad y expresión y poder así llegar a las mentes de las personas”. De esta gran síntesis nacen sus cortos, verdaderos VIAJES por dimensiones espaciotemporales superiores representadas de formas imposibles de concebir en occidente. Abandonaos a la percepción pura [todo llega a su debido tiempo] y a disfrutar de una forma única de percibir el mundo.

For a damaged right eye [1968] · 12’
Una fuente de inspiración para La Naranja Mecánica, esta pieza de montaje en pantalla dividida [con un tercer plano que se sobreimpone ocasionalmente] explora el fenómeno de la percepción y del surgimiento de la profundidad gracias al ángulo paraláctico generado por la separación de los ojos [45-75mm]. Se sugiere al espectador que impida la visión de su ojo derecho durante la proyección. Claramente relacionado con su largo Funeral Parade of Roses, es uno de los pocos cortos donde explora el mundo contemporáneo [el Japón pop-sesentero] con su descontento político, la incipiente libertad sexual y los deseos de los jóvenes underground de abolir “todas las definiciones de Cine”.

Everything visible is empty [1975] · 8’
Matsumoto continúa su análisis de la percepción sensorial volviéndose esta vez hacia nuestra capacidad de abstracción y de construcción de símbolos. ¿Representa el nombre del objeto la esencia misma del objeto? Y por cierto, ¿existe el objeto en sí o es consecuencia de la percepción o de un concepto a priori? Un trabajo sumamente inquietante a la vez que hipnótico, donde los sentidos se ven forzados a la “creación” de la imagen por la aliteración exacerbada. Sin palabras.

Phantom [1975] · 10’
Otra gran obra del año milagroso de Matsumoto. Este corto retoma la imaginería de las religiones orientales que trabaja en su largo Shura [1971] trabajando el color como otra dimensión. Al modificar la posición de la cámara en desfase con la base interpupilar, la percepción esquizofrénica de esta realidad se hace carne.

Enigma [1978] · 3'20''
Una de sus pocas incursiones en el mundo netamente digital [por suerte, ya que lo mejor de Matsumoto está en su tratamiento de lo analógico], este corto abstracto reconstruye el enigma del universo desde sus orígenes hasta su fin [claro que en una narrativa circular, es imposible determinar cuál es cuál...]

Atman [1975] · 12'
Una pieza espectacular que quita el aliento. Nuevamente haciendo referencia a la religión oriental [Atman es ese ser omnisciente como el hálito del universo que “anima” las cosas] Matsumoto indaga en la naturaleza del Tiempo. ¡Y cómo! Durante un latido del corazón de Atman una galaxia entera surge y se desvanece en el cosmos. Nuestro autor construye a su personaje a través de la fragmentación circular del espacio [en diversos radios], llegando paradójicamente a anular el espacio para convertirse en pura expresión [a]temporal. Cómo lo hace, es imposible de describir [ayuda saber que utiliza mayormente montaje fotográfico].

Connection [1981] · 9'
Para relajarnos un poco, Connection deja de lado el montaje epiléptico de sus piezas anteriores para indagar en el acto de la respiración sugerida por el movimiento circular dentro de diversas áreas superpuestas. Con una banda sonora espectacular [como todas las bandas de sus pelis], este corto es un viaje por la sincronicidad y la divergencia entre planos espaciales.

Shift [1982] · 8'37''
Los 80’ parecen guiar a Matsumoto hacia el espacio 3D y en concreto, hacia la arquitectura y sus posibilidades. En Shift, algo así como “Desplazamiento”, nuestro autor destruye la imagen eterna y estática de la arquitectura dividiendo el plano de narración en líneas horizontales y desfasando los cuerpos 3D en una cuarta dimensión. Un trabajo realmente impresionante que no puede dejar indiferente a nadie [a pesar de esa manita digital que aparece cada tanto para señalarnos dónde fijar nuestra atención... ¡No olvidemos que eran los 80’s!]

Sway [1985] · 8'
Por si todo lo anterior fuera poco, Matsumoto se pone las botas poniéndonos cada tanto en la piel del autor frente a una moviola de cine, donde la película revela sus secretos [como una falta de sincro vertical o la banda sonora en el lateral] y descubre una nueva dimensión a través de curvaturas en su plano. Sway, ese gentil movimiento de los árboles en la brisa, hace literalmente “respirar” a la película.

Engram [1987] · 12'
Y concluimos con un favorito. Este corto hace dialogar a la fotografía, el cine y la arquitectura para construir dimensiones superiores al espectro humano. Engram es la persistencia de la memoria en el cerebro, el trazo permanente y latente que queda en nuestras mentes tras un estímulo “memorable”. Sin dudas, estas obras de Matsumoto dejarán huellas que persistirán en nuestra percepción cotidiana de la realidad.


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