OLVIDOS DE LA LUNA


Otra noche la luna se asoma por mi calle
y no me reconoce.
Tantas noches antiguas cara a cara.


Soy extraña a sus ojos y se oculta
al no encontrar abrigo en ojos diferentes,
que con frecuencia olvidan
el brillo de su imagen.


Las anteriores lunas servían en los campos;
alumbraban la yerba,
la aspereza y crujir de las encinas,
y el pozo desbordante.


Aquí y allá los ruidos de la noche
y la naciente aurora. Ella viéndolo todo,
amparaba despierta.

PLANEA COMO EL AVE


Abstente de brindar
por quienes a tu mesa
ávidos se sentaron
con la mirada esquiva.
Seres ocasionales que no entienden
la gravedad que alberga lo cercano.


El amigo celebra tu alegría.
no te busca, lo encuentras;
como el ave planea
por si le necesitas,
sin repetir aquello que ya sabes.


Pasan días de ausencia,
quizá transcurran meses,
pero él está contigo,
y acontece en la espera confiado.


Es gracia de los cielos
haber podido hallarle;
correr hacia su casa
en momentos de angustia,
o con justo contento
pasear a su lado,
y contemplar, en calma,
las luces que ya merman
el rojizo color del horizonte.

Dionisia García, Poeta