Ahora bien, su entrada como “profesional” en el mundo de la fábrica de sueños fue de bajo perfil [como generalmente ocurre con los grandes]: siendo mensajero para la 20th-Century Fox. Pero no se desanimó. Pronto comenzó a ascender y le confiaron la tarea de editor de guiones hasta que en 1954 vendió su primera historia original: Highway Dragnet. Un año después se decide a dirigir y se une a la productora independiente American Internacional Pictures de James H. Nicholson y Samuel Z. Arkoff. Su debut es un western de ultrabajo presupuesto: Five Guns. En AIP pasará años dirigiendo y produciendo films a granel destacando en los géneros de ciencia ficción y terror. Su largometraje más conocido llegaría en 1960: The Little Shop of Horrors [La Tienda de los Horrores] con un jovencísimo Jack Nicholson en el estelar. Esta peli batió un récord muy curioso: ¡fue rodada en apenas tres días!

La “Serie Poe” para American International Pictures.
Entremos en la época dorada de nuestro director. En 1960 recibió una oferta de la AIP para realizar The fall of the House of Usher [La Caída de la Casa Usher] en blanco y negro y con no más de diez días de rodaje. Corman aceptó, no sin antes convencerles de que -tratándose de Edgar Allan Poe, ¡por Dios!- se podría hacer un pequeño esfuercito económico para rodarla en Panavisión-Color y ya que estamos, ampliar el calendario de trabajo a... ¿15 días?
El film tuvo tanto éxito comercial que pronto surgió la propuesta de hacer una serie. Es así cómo a La Caída se le sumaron seis pelis más: El péndulo de la muerte [1961], Historias de terror [1962], El entierro prematuro o La Obsesión [1962], El Cuervo [1963, única comedia del grupo], El palacio encantado [1963], La Máscara de la Muerte Roja [1964] y La tumba de Ligeia [1965].

Reutilizando vestuarios, utilería e incluso, ¡la misma maqueta del Castillo con mínimas modificaciones!, el ingenio de Corman permitió convertir el género B del Terror en un mundo con nuevas posibilidades y además, atractivo para todos los públicos. Sin lugar a dudas, su talento para encontrar el equipo de trabajo adecuado le permitía explotar los escasos recursos hasta el límite [como lo haría Daniel Haller, el Director de Arte, por ejemplo]. Vincent Price se ha consolidado una fama que aún perdura gracias a sus fantásticas apariciones en la serie [faltando a la cita sólo en Premature Burial por razones que explicamos en el apartado correspondiente. Ver aquí] Hazel Court, la compañera de desventuras, es también una figura recurrente. Las exasperantes bandas sonoras quedaron a cargo de Les Baxter o David Lee, según las atmósferas propias de cada argumento. Pero sobre todo destaca la impresionante propuesta de los Directores de Fotografía si tenemos en cuenta que la mayoría de las escenas debían simular estar iluminadas con velas, y como bien se sabe, éste es uno de los trabajos más difíciles que se le puede pedir a un D.F. No me cansaré de destacar el trabajo de Floyd Crosby en El péndulo de la muerte y La Caída, así como el del futuro director Nicolas Roeg en La Máscara de la Muerte Roja, que también proyectaremos en nuestro ciclo de junio. Ver aquí.

Por su parte, Corman aprovechó la momentánea libertad que el éxito le brindó ante los ejecutivos de la AIP para experimentar. Sobre todo explotó eficazmente unos movimientos de cámara nunca antes vistos [entre los que destaca mi favorito, “el paneo de 180º a toda pastilla”] y la creación de interludios alucinatorios o de ensoñación donde fotografía, montaje y música excitan los sentidos hasta el paroxismo.

En 1970, cansado de que AIP le cortara pasajes enteros a sus pelis más recientes, Corman decide abandonar la dirección y fundar su propia compañía de producción/distribución: New World Pictures. Esta empresa fue una plataforma de lanzamiento para jóvenes realizadores que pronto serían contratados por empresas más grandes: Francis Ford Coppola, Joe Dante, Monte Hellman, Peter Bogdanovich, Jonathan Demme, James Cameron y Martin Scorsese entre otros.